Les presento la siguiente reflexión, partiendo de la propuesta de Análisis LECTOR del curso del INTEF Espacios de lectura. Leer, aprender e investigar en todas las áreas.
Primero aclararé mi contexto, para que se entienda el análisis: doy clase (de
Lengua Castellana y Literatura) en un bachillerato para mayores de 18 años en
turno de noche. Muchos son jóvenes que vienen del turno de día, donde no les
fue bien. Otros abandonaron hace tiempo los estudios y ahora los retoman, por
alguna necesidad. Y bastantes compaginan los estudios con un trabajo.
¿Qué Limitaciones lectoras encuentro en mis alumnos?
Entre los más jóvenes, problemas importantes de comprensión. No tienen adquirido
suficiente vocabulario, tienden a una lectura superficial y no entienden
realmente los textos. Falta capacidad de interpretación. Tampoco manejan los
formatos (ni se fijan en ellos). Pero además, como leemos muchos textos periodísticos,
también observo que no tienen
conocimientos suficientes del mundo y sobre hechos de actualidad. Los de
mayor edad, por lo general, están mejor en este aspecto.
También encontramos poca capacidad de atención
(poco desarrollada la capacidad de concentración en algo; se dispersan con
facilidad y les cuesta mucho mantener su atención voluntariamente).
Por otra parte, los textos que leen
habitualmente son cortos, de las redes sociales, y a través del móvil. No tienen hábito lector de textos largos,
que presenten cierta complejidad (ni de ficción, ni de reflexión, ni de
actualidad…). Suelen proceder de entornos
familiares donde no se da la lectura.
Tampoco
están habituados al uso de las bibliotecas, y,
aunque se hable tanto de las tecnologías, la mayoría no cuenta más que con el
móvil. Este bachillerato es semipresencial y requiere el uso de una plataforma
virtual. Sin embargo, tenemos muchos alumnos que carecen de conexión a internet, ordenador o tableta.
¿Qué Espacios ofrecen los nuevos formatos lectores?
Los nuevos formatos lectores que destacan en
estos momentos son los digitales. Por
una parte, nos dan acceso a mucha
información de forma casi inmediata que antes era mucho más costosa de
conseguir, pero requiere saber buscarla.
Pienso en la infinidad de páginas web a las que podemos acceder y bibliotecas
virtuales a través de internet.
Por otro lado, hay un mundo “ligero”, “breve”, “superficial”, “efímero”, lleno de
pequeños textos y mucho más de imágenes y vídeos, disperso y abierto a las mil
y una distracciones, que te puede
arrastrar en su eterna inmediatez (especialmente, en las redes sociales
–que no necesariamente son “superficiales”, pero sí el uso mayoritario que
observo–). Por desgracia, yo diría que este es el que prima.
¿Qué Competencias lectoras debemos potenciar en nuestros alumnos?
La capacidad de comprender en profundidad textos variados, incluidos los de
carácter más complejo, inferir a partir de ellos, interpretarlos, reflexionar,
realizar juicios claros… Para que puedan ser personas maduras, ciudadanos
competentes, y que sean libres para
escoger y leer lo que les interese (que no suceda que no leen porque les
resulta difícil leer).
Tenemos un alumnado muy heterogéneo y las
temáticas lectoras que les motivan son variadas.
Entre los que tienen cierto hábito lector, encuentro a los que les gusta el
manga y la literatura fantástica, las historias de suspense y novela negra, las
historias reales, revistas variadas, curiosidades… Si habláramos de temáticas
audiovisuales, habría más variedad.
¿Qué Oportunidades lectoras usamos como estrategias de fomento lector?
En los centros solemos crear diversas
oportunidades lectoras. En el mío, y probablemente en la mayoría, tenemos: la
necesidad de leer los textos propios de cada materia y la biblioteca del centro
(donde ofrecemos textos y libros de interés y la oportunidad de leerlos), la
creación de un club de lectores, la participación en concursos y actividades de
fomento de la lectura de instituciones de nuestro entorno, un periódico y radio
escolar, grupos de teatro escolares…
¿Cuáles
son los Retos lectores que nos proponemos a nivel de centro, aula y entorno?
En general, en el ámbito educativo, tratamos
de posibilitar el acceso a un tipo de lectura que los contextos habituales de
sus vidas cotidianas no aportan. Y, aunque suene algo iluso, también tratamos
de crear la posibilidad de leer por placer.
A nivel de centro, nos proponemos practicar la
lectura de textos variados y con distintas finalidades, para dar la oportunidad
de desarrollar una capacidad lectora “en profundidad”, desde todas las materias
(aplicando estrategias lectoras antes, durante y después de la lectura). Esto
significa muchas cosas, cuando lo concretamos.
A nivel de aula, en mi materia se trabaja
continuamente con textos diversos, tanto para leer como para escribir, escuchar
o hablar. Mi reto principal es que tomen conciencia de lo que hacemos en estas
actividades, que se detengan y se fijen más en los distintos aspectos que
conllevan, que practiquen y que mejoren en sus destrezas comunicativas. Practicar, observar y volver a intentarlo…
(¿cómo se puede mejorar?, ¿cómo sería más preciso?, ¿qué es lo que yo quiero
decir realmente?, ¿qué es lo que este texto nos dice y a dónde nos quiere
llevar?...). Y que esto no les resulte “latoso” y se convierta en un hábito
(leer y releer, escribir y reescribir, escuchar con atención, hablar con
precisión…).
A nivel de entorno, yo destacaría que es
necesario que amplíen sus perspectivas y descubran las posibilidades de las
bibliotecas, de los museos, de los libros, periódicos y revistas divulgativas
de distintas temáticas, y, en definitiva, de “leer” el mundo que les rodea.
Y, por último, personalmente destacaría como
reto reforzar la lectura en papel, por las oportunidades que aporta de leer con
mayor atención y profundidad. Creo que actualmente pretendemos que lleguen a
una buena capacidad lectora por el camino más difícil, sin la capacidad de leer
con calma ni de discernir y directamente lanzados a entornos de hipertextos
(que requieren de destrezas para manejarse en ellos de las que carecen). En
este sentido recomiendo de nuevo (creo haberlo mencionado en algún artículo anterior) el interesante ensayo de Roberto Casati, Elogio del papel. Contra el colonialismodigital, publicado por la editorial Ariel. Es un filósofo y pensador
italiano, investigador en el centro de investigación europea del CNRS de París.
Plantea un análisis de la lectura en profundidad muy interesante, y unas buenas
recomendaciones para proteger el aprendizaje y este tipo de lectura.