sábado, 15 de octubre de 2016

Mostrando evidencias

Mapa mental: diseño de mi portafolio
Dentro del marco del curso de El portafolio educativo como instrumento de aprendizaje y evaluación (INTEF 2016) nos piden presentar evidencias de nuestro trabajo como docentes. Y no puedo evitar empezar con ciertas reflexiones previas. Parece algo sencillo presentar evidencias, pero no sé hasta qué punto. Creo que realmente los resultados de lo que hacemos en las clases no se ve de forma inmediata. En mi caso, que tratas de ayudar en el desarrollo de destrezas lingüísticas en su lengua materna o descubrir el mundo de la literatura, ha sido cuando he podido acompañar a grupos de alumnos todos los cursos de ESO seguidos (desde 1º hasta 4º) cuando realmente he vislumbrado que efectivamente algo de lo que hacemos en las clases se desarrolla y crece. Y estoy hablando de muchas observaciones diarias, matices y sutilezas. Que no me parecen fáciles de plasmar y comunicar, aunque para mí serían las verdaderas evidencias de mi labor docente, las que logro percibir.

Por otro lado, por supuesto, están los trabajos de los alumnos, los proyectos en los que participamos, nuestro material y documentos propios, en qué nos formamos…, que pueden hablar de nuestro trabajo o nuestra manera de enfocar la educación. Pero estas me parecen evidencias más superficiales. Uno puede proponerse unos objetivos, elegir un camino o métodos, y llegar a lugares bastantes alejados de los que pretendía.


Ahora bien, centrándonos en lo que nos han solicitado también tropiezo con ciertas dificultades. Me encuentro con que soy una persona nada dada a las fotos, la mayor parte de los trabajos de los alumnos los devuelvo, las encuestas de valoraciones con comentarios de mis alumnos una vez terminado el curso tampoco las guardo (aunque recuerdo bien y tengo en cuenta lo que me dicen)…, en fin, que guardo pocos rastros físicos. Para justificarme, diría que para mí lo importante son las vivencias reales y lo que ellas nos dejan de verdad dentro de nosotros. Es verdad que escribo, pero para mí misma, algo cercano a los diarios, con la libertad que da la intimidad, y esto, por tanto, es imposible de exponer. Pero reconozco que en este mundo dado a los informes, memorias y presentaciones visuales, tengo que ponerme al día. Así que con lo que he podido encontrar, presento lo siguiente.

Atendiendo a la seis competencias sobre las que podemos plantear evidencias (responsabilidades docentes, filosofía de enseñanza-aprendizaje, metodología de enseñanza, esfuerzos por mejorar mi enseñanza, resultados de mi práctica docente, y balance y metas), considero que de las dos primeras ya presento información en el apartado Sobre mí del blog, aunque se podría detallar más. Me centro, por tanto, en aspectos de las otras competencias.

Sobre la metodología, me gusta explicar utilizando la pizarra de siempre y tizas de colores (o, en su defecto, la pizarra blanca y rotuladores de colores, pero esta opción es menos versátil). Empiezo diciendo esto, que puede parecer una tontería o una obviedad, pero porque es un recurso que está perdiendo vigencia frente al proyector y las pizarras digitales. Casi hasta está mal visto. Pero es barato y simple, puedes improvisar sobre la marcha según lo que surja en la dinámica de la clase y los diálogos con los alumnos y entre ellos. Las tizas de colores permiten hacer unos dibujos estupendos, o esquemas, mapas mentales y lo que yo suelo necesitar. A los alumnos también les gusta escribir en ellas. Mis clases son de lengua y, quizás, si impartiera ciencias naturales u otras materias no diría lo mismo. Pero para mí, la pizarra es un buen recurso. ¡Me apuntaría con gusto a un curso presencial de perfeccionamiento para mejorar mis destrezas pintando sobre ella! Pero es improbable que lo oferten, así que practico de forma autodidacta. No tengo fotos de lo que hago en la pizarra. ¡Ya! Intentaré acordarme, y colgaré alguna. 

Nunca voy a clase con cámara, pero un extraño día que llevé el bolso (yo solo voy con la carpeta y el estuche de tizas y rotuladores), me sorprendió lo que los alumnos habían hecho y lo fotografié con mi móvil de tecnología muy caduca. Lo que los alumnos pintan. A ellos también les gusta la pizarra.

Otra simpleza muy útil es el diálogo. Es importante propiciar diálogos en clase, porque ahí no solo puedes ver si te siguen y qué piensan ellos, sino que puede ser el instrumento por el que aprendan ellos y tú también. Algo que encuentro muy interesante de nuestro trabajo es que en muchas ocasiones, aunque te prepares las clases en una dirección, surgen cuestiones en el momento que abren nuevas vías. Y tienes que estar listo para seguirlas. Esta improvisación no te quita que tengas que preparar las clases (si no las preparas, lo que surgirá probablemente sea un caos desagradable, no una nueva vía de interés). Este punto de creatividad que surge en los encuentros diarios de las clases aporta mucha vida. Pero, ¿qué evidencias puedo aportar sobre esto? No grabo las clases, y si supiera que se está grabando no me sentiría a gusto (aunque el que asistan observadores no me incomoda).

También considero de interés el trabajo colaborativo, aunque al principio cuesta llevarlo a cabo con alumnado que no esté acostumbrado a él. El simple hecho de distribuir las mesas en grupos ya crea otro ambiente. En este sentido, trabajar en la biblioteca del centro es liberador, porque suelen estar dotadas de mesas grandes, de grupo, no individuales (por no hablar de los maravillosos libros que tienen). 

Presento unas fotos de productos de un trabajo colaborativo: tras lectura de un fragmento de El hobbit y el análisis de su versión en cómic, lectura de breve biografía de Cervantes y elaboración de versión gráfica. Grupo de 3º ESO B, curso pasado. No tengo fotos de la clase trabajando. Como es habitual, no lo pensé.





Fomento la creación de mapas mentales, con uso del color e imágenes, porque estoy convencida de la utilidad del desarrollo del pensamiento visual. Es creativo, personal y apela a distintos sentidos. Es una herramienta útil para el aprendizaje. No puedo escanearlos porque les dejo hojas de DIN A3, para trabajar a gusto, y no dispongo de un escáner de ese tamaño. Ejemplo de alumnos de 1º Bach, Literatura universal, curso pasado, en concreto sobre el Renacimiento.

Asimismo, me parece muy importante cuidar el espacio: un entorno bonito, creado entre todos, es mucho más estimulante para propiciar el interés que un aula “desnuda” (normalmente inhóspita, desangelada y con cierto aire desolador). 








Aula del grupo de 3º B, del que fui tutora el curso pasado. ¡Suerte que hice fotos para una actividad de otro curso del INTEF! Se fue decorando a lo largo del curso, e íbamos renovándola. Los escudos son de una dinámica de tutoría para conocernos inicialmente.

Me gusta participar con los alumnos en acciones relacionadas con la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente (la educación medioambiental me parece crucial: somos un todo con la Tierra; es un tema que suelo tratar de forma constante). 


Un ejemplo. Participación en el Encuentro Insular de la Red ECOS (EcoSostenibilidad). Fui la coordinadora de la Red en el centro; mis alumnos llevaron un taller de creación de libretas mediante encuadernación japonesa hechas con material reciclado, que practicaron conmigo previamente en el centro donde estaba entonces. 3º ESO A, hace dos cursos. Foto hecha de casualidad, antes de irnos, cuando me acordé de que la necesitaríamos; lamentablemente, ya terminado el taller. Pero yo habría preferido citar una situación de aprendizaje realizada en la biblioteca del centro, en la clase de Lengua con el grupo entero, que nos llevó varias semanas y culminó con la simulación de una Cumbre Climática: con ella yo aprendí muchísimo y el grupo hizo un muy buen trabajo, pero no tengo evidencias salvo las internas que me dejó la vivencia (que contaré en una nueva entrada, por lo significativa que fue para mí).

También soy partidaria de que los alumnos usen los medios audiovisuales desde la vertiente creadora, y no solo “consumidora”. Son una herramienta interesante y motivadora para el desarrollo de destrezas lingüísticas.
Alumnos de 1º Bach de Literatura universal creando un corto para participar en el festival de cortos de enseñanzas medias Cinedfest, el curso pasado. Citaría otra experiencia en mi centro anterior que me encantó, creando un programa de radio con 1º ESO; una experiencia muy creativa, usando un pequeño equipo, con micrófonos, mesa mezcladora, etc. y el programa de Audacity, pero no sé dónde guardé los archivos de audio.

Esto son ejemplos de rúbricas elaboradas por mí para la materia de Literatura universal (para el grupo de 2º Bach, LOE): trabajo grupo exposición oral (mejorable, porque aún no me había formado en trabajo colaborativo y no incluye de forma detallada la participación del grupo, roles...) y trabajo individual escrito. Las cito como muestra de la forma de evaluar. En Lengua también uso rúbricas para distintas cuestiones, y creo que son útiles para que los alumnos entiendan qué se espera de ellos y sepan distinguir una buena realización de algo de una mala.

En cuanto a los esfuerzos por mejorar mi enseñanza, el hecho de que esté en constante formación y pruebe en mis clases lo que voy aprendiendo, muestra este interés. Si participo en unos cursos de trabajo colaborativo, competencias informacionales o de creatividad y después utilizo las técnicas aprendidas en mis clases, por poner ejemplos reales de cursos realizados el año pasado, podríamos ponerlo como evidencias de esta competencia. Parte de los ejemplos mostrados son muestras de esto.

Otra forma podría ser observar cómo actuamos durante un curso, desde la planificación inicial de la programación a las variaciones que se producen al adaptarte a las necesidades que surgen (plasmadas en actas de departamento semanales o en las memorias trimestrales o final), porque en ellas se aprecia el esfuerzo por mejorar la enseñanza acorde al aprendizaje que se va produciendo.

Por último, en lo relacionado con los resultados de mi práctica docente y balances y metas, sobre el primer aspecto la memoria final de curso sería una buena evidencia (recoge los resultados académicos y una reflexión detallada sobre ellos), y sobre el segundo, eso sería escribir otro artículo.

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